No era una hora tardía, pero el día llegaba a su fin.
La luna se veía en lo alto. Era una luna llena, regordeta y pura.
El cielo totalmente descubierto dejaba vislumbrarla en todo su esplendor.
El cielo le pertenecía durante toda la noche.
Era el sol nocturno enviando, en la medida de lo posible, toda su luminiscencia.
No había rincón que no iluminara.
Al mirarla parecía sonreírse.
El mar, sereno y tranquilo, parecía ayudar a la luna a lucirse,
de esta forma se reflejaba en la superficie del mar,
iluminando más la zona.
Sabía la luna, cuán bella se veía aquella noche y presumía
por ello ante el mar y todo ser viviente que se dignara a mirarla.
Parecía una hechicera benigna y con observarla, uno se trasladaba a un mundo de ensueño.
Mientras paseaba, ella observaba a la luna hechicera.
Había llegado lejos, hasta la punta del espigón.
La noche avanzó y se hizo más tarde de lo normal.
Se sentó en el suelo y no podía dejar de mirar a la luna, atónita.
De pronto, le pareció sentir un movimiento.
Dejó de mirar a la luna, para centrar su mirada en un punto del espigón.
Tal vez fuera una figuración.
¿Quién podría estar allí, a esas horas?.
Fijó la mirada a la zona del movimiento para que la vista enfocase mejor
y sí que había alguien, era un chico.
Parecía triste, temeroso, apesadumbrado, cabizbajo, pensativo.
Ella pensó en acercarse, también se encontraba sola.
¿Tal vez, dos solitarios en compañía?.
Se levantó y dio unos pasos hacia el chico.
Ya estaba a unos pocos pasos de él.
El no se percató de su presencia.
Ella pensó en hablarle, pero no lo hizo, se quedó allí, mirándole,
intentando descubrir quién era y qué le sucedía.
Tenía el rostro cubierto con ambas manos, se encontraba gacho, con la cabeza hacia el frente.
Tal vez por las rendijas de las manos vislumbrara el reflejo de la luna en el mar.
Ella levantó la vista hacia la luna, se veía grandiosa y misteriosa.
Súbitamente, una gran estrella, enorme, preciosa, luminosa, se acercó a la luna y dando una vuelta alrededor de ella, se unió.
Ella que en este momento estaba embelesada, encantada, extasiada, hechizada,
exclamó de sorpresa.
El, se sobresaltó y giró su cabeza, viendo a la chica.
Ella señaló con la mano el acontecimiento.
El alzó su mirada y sonrió cariñosamente.
Miró a la chica y la observó con cara amable.
Ella le sonrió y se acercó sentándose a su lado.
El le dio la mano.
Allí estuvieron mirando la luna y la estrella y el mar,
hablando de miles de temas, conociéndose, toda la noche.
Ellos se sentían diferentes del resto de sus amigos.
Eran diferentes, pero no sabían expresarlo.
Ambos se entendieron perfectamente.
Tan sólo ellos podían estarse toda la noche sentados en una roca del espigón, hablando.
Mirando el la luna reflejada en el mar, y ella la luna en el cielo.
Tan sólo en eso diferían: ella miraba a lo alto, él al mar.
La luna comenzó a marcharse, y al amanecer llegó el sol perezoso y tranquilote,
haciendo estragos de protagonista.
Como todos los días, el viejo pescador daba su paseo por el espigón, recordando sus viejos días de andanza por lejanas tierras y mares.
Aquel amanecer, se extrañó por lo que vió: En una roca, muertos, un pez y una gaviota, juntos, fuertemente unidos por una ala de la gaviota y una aleta del pez.
Parecía como si tuvieran una expresión en sus pequeños rostros.
Intentó separarlos, pero no pudo, parecía que la aleta y el ala estuvieran fusionadas.
No le pareció correcto tirarlos al mar y tampoco enterrarlos, pues sus medios eran los del mar. Los enterró entre algunas rocas.
Tal vez todas las noches, las noches de luna llena y cielo despejado, él y ella estén allí, en aquella roca, hablando de todo un poco.
VadeReto, ¿Jugamos a Inventar Historias? es una propuesta de José Ant. Sánchez, del blog “Acervo de letras” en la que se busca animar a los escritores y aficionados como yo, a escribir, dándonos un tema cada mes, que podemos desarrollar como más nos guste. Este que os presento pertenece a la propuesta de agosto.
Imágenes tomadas prestadas de Pixabay
Hola Amaia, un relato precioso, muy bonito. Me ha gustado mucho, especialmente ese "giro" cuando descubrimos a los dos chicos convertidos en gaviota y pez. Un poco triste pero muy bonito. Excelente aportación al reto.
ResponderEliminarUn abrazo!
Muchísimas gracias Antonio. Abrazo grande.
EliminarHola, Amaia, qué bonito te ha quedado, con cuánto sentimiento. Un gran aporte para el reto.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Muchas gracias Merche, cuánto me alegra. Abrazo grande
Eliminar¡¡¡Precioso!!! Amaia
ResponderEliminarTiene la dulzura y también la tristeza de las grandes historias de amor.
Una historia que parece acabada, pero, como bien piensa el pescador, la fantasía y la imaginación pueden seguir dándole vida a esos dos enamorados.
Está narrado con una sensitividad maravillosa.
¡Qué gran aportación al VadeReto!
Qué afortunados somos con esta gran familia.
Enhorabuena y muchas gracias.
Abrazo gordo
¡¡Qué ilusión me hacen tus palabras Jose!! Muchas gracias
EliminarEncantada con los retos que propones e ilusionada para sacar adelante todos los que pueda.
Abrazo "potolo" (gordinflón) ;-)
¡Qué belleza! de relato, Amaia, esa mezcla extraña de lo agridulce que embeleza, la tristeza que lleva y ese encanto del encuentro, del compartir y permanecer unidos por la eternidad. Una dulzura de la cual brota un gran suspiro, gracias, abrazo grande
ResponderEliminarMuchas gracias y abrazo grande.
EliminarMuy bonito Amaia, muy poético y sugerente. Tiene melancolía y tristeza pero también ternura. Me gustó. Saludos.
ResponderEliminar¡¡Cuanto me alegra!! Abrazo grande
EliminarUn relato muy oportuno coincidiendo con la superluna de agosto. Un abrazo Amaia.
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte Federico. Abrazo grande
EliminarMuy bonito.
ResponderEliminarMuy bonito Ánxela. Abrazo grande
EliminarCuánta ternura!!!
ResponderEliminarUn relato muy bello, Amaia a pesar de su triste final.
Un abrazo.
Gracias Carmen. Abrazo grande
EliminarElla y él venían de dos mundos tan distintos, que parecía un amor imposible. Pero la Luna puede crear el milagro. Precioso.
ResponderEliminar¡Ay esta luna hechicera! Gracias M. Cristina. Abrazo grande
EliminarBonita historia que me ha llevado hasta el espigón, ha sido como una vivencia ¿habrá sido la luna llena? Saludos.
ResponderEliminarEs maravillosa la luna llena ;-D Abrazo grande
EliminarHola Amaia.
ResponderEliminarComo toda gran historia de amor, nos regalas dulzura y también la tristeza de dos seres diferentes al resto de la humanidad. ¡Muy bonita!
Un abrazo.
Muchas gracias Marlen. Abrazo grande
Eliminar¡Hola! Mi nombre es Mimi, y administro el blog literario Mimi's Books, en el que hablo y reseño sobre mis lecturas. Yo también formo parte de la iniciativa seamos seguidores y me encantaría poder participar junto a tu blog. No he conseguido encontrar tu entrada dedicada a la iniciativa, pero te he visto comentar en el blog de otra persona. Ya te sigo y espero poder tener la oportunidad de verte pronto por mi blog. También me paso a dejar comentarios a aquellos que me los dejan a mí, para que ambos podamos crecer. ¡Gracias por leerme!
ResponderEliminarhttps://mimi-books.blogspot.com/
Un saludo, Mimi ♡
Saludos Mimi. Todavía no he colocado la entrada dedicada a la iniciativa. La tengo en lista de pendientes ;-)
EliminarRequiere un compromiso y en este momento de la vida mi tiempo es limitado y entro al blog como hobby. Es por ello que todavía no soy muy constante. Sin embargo, sigo tu blog y lo he apuntado en mi lista al lado del apartado de "seamos seguidores" para tenerlo presente. Muchas gracias por comentar y éxitos.
¡Qué bonito Amaia, y qué tierno y estupendamente escrito, nos vas llevando junto con esa hermosa luna hechicera. Enhorabuena! Te mando un abrazo🌹
ResponderEliminarUn abrazo enorme también para ti estimada Maty. Gracias por comentar.
EliminarPrecioso, Amaia. me ha encantado. 🫠 Cuánta sensibilidad a la hora de narrar. Y qué lección de lo que es una gran amistad entre diferentes nos dan el pez y la gaviota. 👌
ResponderEliminarUn abrazo! 🤗🤗🤗
Muchas gracias María Pilar. Abrazo grande
EliminarUn precioso relato, Amaia, con notas de tristeza y dulzura a partes iguales. Lleno de sentimiento. A veces, las diferencias unen, se complementan y se entienden. ¡Felicidades!
ResponderEliminarUn abrazo gigante.
Muchas gracias Yolanda. Abrazo grande
EliminarUn cuento precioso! No imaginaba ese final.. Dos almas gemelas, sin duda...
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias volarela. Abrazo grande
Eliminar!Bellísimo y romántico.!
ResponderEliminarUnidos por las diferencias. Que imaginación, Amaia, se te dan genial los relatos. Felicidades.
Un abrazo.
Muchísimas gracias Mila por estas palabras que me animan mucho. Abrazo grande
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