El Tintero de Oro propone un microrrelato inspirado en una emoción como mínimo. Aquí van el miedo y el alivio. ;-)
La llamada de teléfono fue seca y cortante. Temía lo que le iban a decir.
Subió al coche sin pensar lo que hacía y condujo por la autopista sin apenas mirar ni pensar.
Aparcó y se dio cuenta de que había conducido automáticamente.
Se dirigió a la entrada y respiró profundamente antes de entrar. Dejó sus pertenencias en la taquilla y se dirigió al despacho del director.
Llamó a la puerta con firmeza para aparentar tranquilidad. Al abrir la puerta vió a cuatro personas que le esperaban.
Que se sentara le dijeron. Le expusieron las últimas noticias. Intentaba seguir la exposición y comprender pero tenía la cabeza bloqueada y su cuerpo se convulsionó internamente cuando oyó aquello de:
- Ya sabes cómo están las cosas
Notó que se mareaba pero consiguió asentir y hacer como que seguía la conversación con una buena cara.
Las personas que tenía delante le miraban sonrientes, le observaban, se daba cuenta de esto y hacía lo posible por mantener la compostura y asentir cuando correspondía.
De pronto, el que estaba sentado frente a ella, se levantó y le entregó un documento y le dijo:
- Por lo tanto, hoy vuelve a casa, lee bien las condiciones. Y si todo está correcto vuelves mañana con todo firmado y te reincorporas al trabajo. Estamos encantados contigo.
Todos se levantaron y ella también. Salió sonriendo y despidiéndose hasta mañana. Recogió sus pertenencias, subió al coche y se dirigió a una callejuela donde aparcó y lloró de alegría y alivio.
Hola Amaia!
ResponderEliminarLos relatos, a los que no somos muy afectos, primero los vemos de lejecitos y después como que algo nos "llama" a entrar en ese mundo. Tú lo estás haciendo estupendamente, como es tu costumbre. Algo sencillo, tan simple como a veces llega a ser la vida y tan trascendente en lo personal para quien experimenta lo que aquí cuentas.
Muchas felicidades, un abrazo! 🌹
Quise decir "los RETOS"...
EliminarMuchísimas gracias Maty!!!. Abrazo grande
EliminarHola Amaia, buen micro, has utilizado bien las emociones como dicen las normas del blog del Tintero de Oro, y has pasado por ellas narrando bien y con maestría. Final feliz y llorando de emoción y alivio, ¡perfecto! Un abrazo. :)
ResponderEliminarSiempre agradezco mucho tus palabras. Abrazo grande
EliminarHola, Amaia. Un micro con el que consigues engañarnos. Muy bien plasmadas esas emociones que van del miedo a la alegría. Felicidades.
ResponderEliminarMuchas gracias Marta. Abrazo grande
EliminarMuy bien!!!
ResponderEliminarLa verdad, es que cuando te echan, no lo ves venir. Quizá eso la salvó 😊
Cuando no se ve venir, esa situación es dramática y cuando se supone también. Gracias por tus palabras. Abrazo grande
EliminarPrecioso, Amaia.
ResponderEliminarParece un día nublado de malas noticias; pero, al final, nos dejas con una grandísima sonrisa. Gracias y felicidades.
Un Abrazo.
Muchas gracias Jose Ant. Abrazo grande
Eliminar¡U! Amaia, cómo has sabido dar ese giro en tan pocas palabras para pasar de la tristeza a la máxima alegría. Una preciosidad de relato.
ResponderEliminarUn abrazo!
Muchísimas gracias María Pilar. Abrazo grande
EliminarQue miedo dan los despachos, y más cuando te llaman desde los del trabajo! Que tensión! Ja, ja! Quien no ha vivido algún momento así? Un abrazo!
ResponderEliminarDesde luego que sí y sobre en estos años tan convulsos. Abrazo grande Marifelita
EliminarPues si que ha sido angustioso el trayecto y sobre tod peligroso el desconectarse cuando le estaban dando las buenas noticias. aun asi me despisto lo de recoger sus pertenencias , pensé que iba a dar otro giro, pero claro ya no habia espacio.
ResponderEliminar.abrazoo
Saludos Gabiliante. Gracias por tus palabras.
EliminarLas pertenencias que recoge son las que deja en su taquilla cuando entra a trabajar, en este caso a la reunión.
Así lo hacía yo en la empresa que trabajaba. Entraba, fichaba, dejaba mis cosas en una taquilla e iba a mi puesto de trabajo. A la salida todo a la inversa. ;-D
Abrazo grande
Muy bueno el suspenso, eso de no saber que es lo que acontece y que te va preparando para una noticia que ni idea cual será, y con un final sorpresivo, muy bueno Amaia, abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras. Abrazo grande
EliminarHola Amaia, muy buen relato, logras expresar muy bien el cambio de emociones que experimenta la protagonista. Me gustó. Saludos...
ResponderEliminarMuchas gracias Ana. Abrazo grande
EliminarY es que una simple entrevista de trabajo puede generar emociones contradictorias sucesivas en un corto intervalo de tiempo. Un final feliz después de esa expectante sobrecarga nerviosa.
ResponderEliminarAbrazo.
Muchas gracias Francisco. Abrazo grande
EliminarCuando te llaman del despacho del director, sueles temer que es por algo malo. Saludos.
ResponderEliminarAsí es Federico. Menos mal que esta persona tuvo una buena noticia. Abrazo grande
EliminarDebe ser tremendo creer que te van a despedir, y así de mal se sintió la protagonista llena de miedo y dudas y luego de alivio y alegría.
ResponderEliminarUn saludo, Amaia.
Muchas gracias Myriam. Abrazo grande
EliminarBuen micro, Amaia, un poco de miedo, algo de suspenso y un torrente de emociones encontradas que al final la hacen desahogarse llorando aliviada.
ResponderEliminarBien reflejadas esa tensión y nervios, y ese llanto de alegría al final.
Que pases buen fin de semana.
Muchas gracias por tus palabras. Abrazo grande
EliminarHola, Amaia! Es clavado perfectamente el tránsito de emociones que sentimos cada vez que la vida nos lleva a un examen. Ya sea en el colegio, en una entrevista de trabajo, cualquier evento que sabemos marcará nuestro futuro nos genera ese temor, esa incertidumbre, esos pensamientos rumiadores que por lo general nos llevan a convencernos de que no pasaremos la prueba. Para, finalmente y superada la circunstancias, sentir ese alivio, esa alegría más interior que exterior, esa "despresurización" de tensiones. Bien planteado de inicio, transmites la incertidumbre del personaje al lector omitiéndole el destino del personaje. Un abrazo!
ResponderEliminarHola Amaya, precioso micro que nos muestra que un día que parecía amargo logra convertirse en una auténtica alegría; la ilusión de un puesto de trabajo... Me encantó. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Nurya. Abrazo grande
EliminarHola Amaia, sin duda un relato muy interesante. Esa dualidad de pensar que puede ocurrir lo peor y que al final es lo mejor. Un placer visitar tu blog. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Ainhoa. Abrazo grande y bienvenida.
EliminarEl terror de fondo está muy conseguido. Un trabajo original.
ResponderEliminarMuchas gracias Guille. Abrazo
EliminarUn gran aporte Amaia, algo tan cotidiano en nuestras vidas pero que determina las mismas, muy bien mostradas las emociones y un gran giro final. Saludos!
ResponderEliminarPavada de suspenso, pobre muchacha! Cuántas veces nos hacemos la "contra película" por los sustos cotidianos que nos da el mundo. Un saludo
ResponderEliminarMuchas veces pensamos lo negativo y sufrimos innecesariamente y al final la mayor parte de las cosas salen bien. Gracia por tu comentario. Abrazo
EliminarOooh, me temía lo peor. Pero vaya que final mas positivo y feliz. Una se alegra por la protagonista. Enhorabuena. (Te conocí a través del concurso del Tintero de Oro).
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras. Me estoy atreviendo a participar, a pesar de saber que el nivel de los demás es buenísimo, je je je. Me está gustando mucho, así que iremos leyéndonos. Abrazo grande.
EliminarHola Amaia. Me ha gustado especialmente como has descrito la parálisis que provoca el temor y la incertidumbre (cabeza bloqueada, incertidumbre, incomprensión momentánea de lo que está sucediendo), y es que la protagonista anticipa lo peor. Del miedo a la alegría y alivio una buena escala emotiva.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, Tara. Abrazo grande
EliminarLas emociones opuestas, como los polos, se atraen.
ResponderEliminarQué buen relato con sorpresa final. Felicidades.
Un abrazo.
Muchas gracias Macondo. Abrazo grande
EliminarHola Amaia, muy buen micro, todas la emociones que uno siente en una situación cómo esta, la angustia que se genera, muy bien.
ResponderEliminarSaludos.
PATRICIA F.
Muchas gracias por tus palabras Patricia. Abrazo grande
EliminarHola, Amaia. Me ha gustado mucho cómo has hecho que tu personaje mantuviera la calma a pesar de la angustia. Al final, su entereza también tuvo su recompensa. Buen microrrelato. Un saludo desde la Buhardilla de Tristán.
ResponderEliminarSaludos Javier y muchas gracias por tus palabras. Me he acercado a tu blog y lo sigo esperando nuevos artículos. Yo, aquí, una principiante que tiene la osadía de participar en retos sencillos. Nos leemos. Abrazo grande
EliminarHola, Amaia
ResponderEliminarMuy bien hilvanada esa incertidumbre para adentrar al lector en un intrigante relato que no sabes dónde te llevará. El personaje ha desarrollado muy bien esas emociones de inseguridad, miedo, temor hasta la felicidad final por una buena noticia. ¡Felicidades!
Muchas gracias Matilde. Abrazo grande
EliminarHola, Amaya, muy bien conseguido ese giro final, me engañaste, pero con una sonrisa en la boca.
ResponderEliminarUn abrazo!
Me alegran muchísimo tus palabras. Abrazo grande
EliminarHola Amaia, las situaciones laborales, la dependencia económica de nuestra vida, perseguir incluso un sueño, crecer como persona,.. ¡Son tantas las variables!, que se comprende esa tensión de incertidumbre que describes. Aunque no estamos libres de las fricciones a las que nos someterán después ¿verdad? Muy buen despliegue en tu micro. Un abrazo
ResponderEliminarHola Amaia,
ResponderEliminarUn micro interesante y muy bien narrado.
Es curioso cómo nos anticipamos a los cambios imaginando y temiendo siempre los peores escenarios. Cada vez que tenemos que hablar con un superior o que tenemos una cita médica o que estamos esperando el resultado de un examen, siempre tendemos a pensar que no nos van a dar buenas noticias. Nuestra propia montaña rusa emocional nos lo hace pasar tan mal que, cuando finalmente nos sorprenden con el mejor de los escenarios, lo único que acostumbramos a hacer es echarnos a llorar.
Qué previsibles somos los humanos.
Muy buen trabajo.
Un fuerte abrazo.
Muchísimas gracias Estrella. Tal y como tú dices, así somos. ¡Ay! Je je je. Abrazo grande
EliminarMagnifico giro final , Amaya. No lo vi venir. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Pedro. Abrazo
EliminarHola, Amaia. Un micro en el que nos enganchas con la intriga de saber qué pasa hasta el final.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias Mirna. Abrazo grande
EliminarEs un micro muy ágil, y con buen ritmo. La trama extraída de la cotidianeidad se hizo atractiva.Felicitaciones.
ResponderEliminarMuchas gracias Oswaldo. Abrazo grande
EliminarNo siempre las cosas terminan mal y a veces, hay sorpresas que son buenas. Muy bien retratados el miedo y el alivio.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias Rosa. Abrazo grande
Eliminar¡Hola, Amaia!
ResponderEliminarCon dos emociones potentes, has logrado crear una atmósfera con una gama de emociones implícitas. Se entiende ese miedo inicial, y juraría que mucha gente lo tiene aunque sea diferente, ante una entrevista de trabajo. El alivio final, sin duda alejó cualquier temor. Muy bueno... Felicidades, y encantada de leerte para este reto de El Tintero.
Que tengas un hermoso fin de semana :)
Muchas gracias por tus palabras Mila. Abrazo grande
EliminarHola, Amaia, estupendo micro, mantiene la intriga hasta el final. Muy buenas las descripciones de las emociones. Un abrazo
ResponderEliminarUfff, que tensión, has recreado perfectamente todas las emociones que aparecen en una situación así, menos mal que se resuelve bien. Buen micro, Amaia. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Lola. Abrazo grande
EliminarHola Amaia, un relato muy intrigante, yo pensé que se iba a desmayar en aquella reunión, felicitaciones saludos de flor.
ResponderEliminarMuchas gracias Flor. Abrazo grande
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