Estaba una rana sentada en la orilla de un río. Se encontraba apacible, disfrutando del día, del paisaje y del ruido del río. Se le acercó un escorpión...
El escorpión con determinación se dirigió a la rana y le dijo:
— Ranita. Tienes que ayudarme. Yo no se nadar y tengo que pasar a la otra orilla del río ¿Me harías ese favor?
La rana le miró con sorpresa. ¡Un escorpión pidiéndole ayuda a ella!
Le respondió la rana:
— No veo la forma en que yo te pueda ayudar.
— Puedes llevarme sobre tu espalda…
La rana se sorprendió más todavía.
—¿Que te lleve sobre mi espalda? —contestó la rana—. ¡No me parece una buena idea! Sé lo que hacéis los escorpiones. Si te llevo a mi espalda, sacarás tu aguijón, me picarás y me matarás. No puede ser.
El escorpión tenía la necesidad de pasar el río y no veía otra forma. Le explicó a la rana:
—Tengo prisa y no puedo rodear todo el río. El único modo de pasar al otro lado es con tu ayuda pues yo solo no puedo. Si se me ocurriese pincharte con mi aguijón te hundirás en el agua y yo, que no sé nadar también me ahogaré
La rana comprendió al escorpión y se puso en su lugar. Pensó un rato. Tenía razón el escorpión, no había motivos para que le pinchase a ella pues los dos se ahogarían, también el.
La rana le dijo al escorpión:
—Lo he pensado bien y te voy a ayudar a cruzar el río. Pero espero que mantengas tu promesa de no picarme.
El escorpión, de un salto, se colocó sobre la espalda de la rana y la rana empezó a nadar en el río.
La rana sintió el fuerte picotazo, sintió que se iba a hundir, sintió que se moría. Le dolió el picotazo y le dolió la falta de palabra del escorpión...
Mientras se ahogaba la rana, miró al escorpión y vió cómo este también se ahogaba. En su agonía saco fuerzas para preguntarle:
—¿Por qué lo has hecho? He confiado en ti pero ahora tú también vas a morir.
Y entonces, el escorpión la miró y le respondió:
—No he podido evitarlo. Es mi naturaleza.
Desaparecieron los dos, el escorpión y la rana, debajo de las aguas del río.
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Dichos, Sonrisas y tú
Historias de Jacinta
Muy bonito Amaia. Y sí, es verdad: es su naturaleza. Contra eso, ¿Qué se puede hacer?
ResponderEliminarUna lección más. Muchas gracias.
Un abrazo 🌹
Como la vida misma y sus gentes. Bienvenida Maty y muchas gracias
EliminarHola Amaia, una buena fábula, sin duda, y cuánto nos enseñan estas y los animales. Un abrazo. :)
ResponderEliminarUn paseo por el campo y observando rebaños se aprende mucho sobre el comportamiento, lo aseguro, je je je. Abrazo enorme
EliminarEs una forma muy sencilla de explicar y entender la naturaleza humana. :)
ResponderEliminarAsí es, igualico, igualico. Abrazo grande
EliminarHola, Amaia.
ResponderEliminarBonita, reflexiva e interesante fábula.
En realidad, ¿hablas de ranas y escorpiones? O quizás, ¿es una metáfora sobre esa gente que sabemos que es tóxica y a pesar de todo confiamos en ella? No sé por qué me ha recordado mucho las votaciones políticas.
Enhorabuena por el relato. Felicidades.
Un Abrazo.
Ja ja ja, Jose Ant. Este cuento se puede traer cada dos por tres a cualquier situación humana donde los picotazos vuelas libres... Abrazo grande.
EliminarUna fábula genial con varios mensajes que podemos aplicar a la gente: la gente no cambiamos (bueno, algunos lo harán pero la mayoría no), una vez que uno tiene sus mañas, es difícil. La gente mala siempre tendrá ese componente de maldad en ellos, no hay que confiarse. No hay que ser tan crédulos como la ranita. Muy bueno, saludos Amaia.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario Ana. Abrazo grande
EliminarMe ha gustado mucho Amaia, una metáfora de nuestra sociedad. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar y pasarte. Abrazo grande
EliminarHola, Amaia, qué buena fábula, para tener en cuenta en nuestra vida. Y más conociendo la maldad del personaje que nos está diciendo que ha cambiado. Como para creerlo.
ResponderEliminarUn abrazo!
María Pilar, gracias por tus palabras. Abrazo grande
EliminarΠολύ ωραία ιστορία με μηνύματα!
ResponderEliminarΧαρικα που την διαβασα
Καλό απόγευμα απ την Ελλάδα
Saludos morfeas. Bienvenido y gracias por tus palabras. Abrazo
EliminarMe encanta esta fabula y no es muy conocida. Y tienes razón, se puede aplicar a muchas situaciones humanas. Es una version fabulada del refran "la cabra tira al monte"
ResponderEliminarAbrazoo
Muchas gracias por tus palabras. Abrazo grande
EliminarDe las fábulas populares se aprende mucho. Saludos Amaia.
ResponderEliminarAsí es, hay mucha fábulas por el mundo y muchos refranes también. Muchas gracias por pasarte. Abrazo grande
EliminarHola Amaia, una magnifica fabula, un placer visitarte. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarMuchas gracias Ainhoa por pasarte y tus palabras. Abrazo grande
EliminarMuy buena enseñanza para tenerla en cuenta, siempre se es fiel a la naturaleza que se trae, nace de lo más profundo del ser, gracias por traerla, abrazo grande
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras. Abrazo
Eliminar¡Hola, Amaia! Una fábula que como es característico en ellas resulta irresistible para el lector. En efecto, como dice el refrán, la cabra siempre tira al monte y por ello uno tiene que mantenerse siempre alerta con según qué gente arrepentida o renovada. Saludos!
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras y por pasarte, David. Abrazo grande
EliminarHola Amaia , es una buena moraleja que si la aplicamos a algunas personas nos pagaran con la misma moneda que pago el escorpión a la rana.
ResponderEliminarMuy buena tu entrada me a gustado mucho.
Te doy las gracias por pasar por mi blog y comentar.
Te deseo un feliz fin de semana , besos de flor.
Muchas gracias Flor. Me alegran tus palabras y tu visita. Seguimos. Abrazo grande
EliminarHola Amaia, que tal!
ResponderEliminarme gusto mucho esta leccion, sirve para explicarnos que cada uno es como es y nunca cambiara, ya que ni queriendo es algo facil de lograr.
Te mando un abrazo grande-
Muchísimas gracias. Así es, vamos adaptándonos pero la esencia, el aroma es el que es. Abrazo grande
EliminarHas narrado muy bien la fábula de... Esopo?
ResponderEliminarEs muy profunda, da mucho que pensar...
Por tu blog me quedo un ratiro más.
Y encantada de conocerte a través de Jascnet ;)
Muchas gracias.
EliminarEl cuento se le atribuye a Esopo pero en realidad es de origen desconocido. Investigaré más, je je je
Jascnet nos hace unas interesantes propuestas y yo, que soy osada me lanzo de cabeza como entretenimiento. Lo que más me gusta de todo es conocerte a ti y a los demás. Abrazo grande.