Había en la casa una ventana que últimamente le atraía cada noche. No era otra, era esa la ventana por la que le gustaba mirar. Una ventana corriente, una ventana antigua como ella misma.
La calle estaba bien iluminada en general. Cualquier movimiento se podría ver perfectamente.
Su vista era bastante buena. Después de aquella operación de cataratas de lejos veía muy bien.
No había ningún ruido, no había ni un alma en la calle. En realidad no esperaba ver nada pues nada sucedía cada noche que miraba. Se retiró de la ventana y se sentó en su sillón preferido, encendió la tele e hizo zapping y todo le aburría.
¿Qué era eso? Un enorme resplandor cubría toda la plaza y no le dejaba ver qué era lo que lo producía. Se retiró de la ventana y a paso ligero se dirigió a un cajón, sacó de allí unas gafas muy oscuras que le recomendaron cuando le operaron de desprendimiento de retina.
Volvió a asomarse a la ventana. La noche era fresca pero agradable. Miró con las gafas puestas hacia ese resplandor. Se le abrió la boca. ¿Eso era una nave? Se abrió un gran portón y a través de el salieron dos… ¿seres?
Parecía que miraban hacia su ventana y agitaron los brazos como saludando. Ella no tenía miedo, sentía curiosidad y le hacía gracia todo esto. Nunca le había sucedido nada parecido en toda su vida. Cuando todo se acabase, le mandaría una carta a los de cuarto milenio.
Ella también agitó un brazo para saludar. Pero ¿A quién saludaba ella?
Los seres se apartaron de su portón y se alejaron de su nave y se acercaron a la ventana de Eduvigis. Se colocaron debajo de la ventana. Ahora los podía ver perfectamente, eran un hombre y una mujer. Vestían una túnica blanca hasta el suelo. Eran jóvenes. Volvieron a hacer gestos con los brazos como diciendo “ven”.
Eduvigis se apartó de la ventana, corriendo echó la persiana hasta abajo, cerró la ventana y corrió las cortinas. Se dirigió hacia la puerta de la casa y cerró bien con llave. Paseó por el pasillo y dio varias vueltas. No sabía qué pensar, no sabía qué hacer… ¿Qué era eso?
De pronto pensó que estaría soñando. ¡¡Claro, seguro que estaba soñando!! Se tapó la nariz. Había oído que si el sueño es vívido y te tapas la nariz sigues respirando. ¡¡No era su caso!! Necesitaba respirar. Sintió que el pulso se le aceleró y que lo que estaba viviendo era raro. Ya no tenía la gracia del principio-
Después de algunas vueltas más por el pasillo, decidió que era la oportunidad de su vida, que se tenía que tranquilizar y descubrir qué era todo eso.
Cogió unos prismáticos del cajón, volvió a la ventana con la esperanza de que todo hubiera sido su imaginación. Se puso las gafas oscuras, descorrió las cortinas, levantó la persiana y abrió la ventana y ahí seguía todo como lo dejó. Miró con los prismáticos a esos dos seres que estaban debajo de su ventana. De la impresión se cayó al suelo.
No le pasó nada. Se levantó, se dirigió a la puerta de casa, la abrió, bajó las escaleras, salió del portal, se dirigió hacia la mujer y el hombre y los abrazó con gran emoción. Ellos le abrazaron amorosamente y cada uno de ellos le cogió de una mano. Los tres se dirigieron hacia la nave.
El gato de los vecinos de arriba, que estaba en el balcón, lo vio todo. Dos adultos y una niña se dirigían hacia una nave que relucía mucho y cuando entraron por la puerta, todo desapareció.
😉😉😉
Este relato está inspirado en el VadeReto de Junio del blog Acervo de Letras de JascNet
Muchas gracias por la iniciativa y Felicidades a todos y cada uno de los autores participantes a los que tenéis que seguir pues son unos artistas. Podéis verlos AQUI
Muy buen relato Amaia, gran aportación al reto. Me ha parecido fascinante el giro final, cuando la protagonista se "convierte" en niña. Lo he entendido como que, al marcharse con ellos y dada la edad que tenía, había "llegado su momento", ¿puede ser?. Si es así, desde luego a mí también me gustaría que vinieran a recogerme tan plácidamente.
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola Antonio. Has dado en el clavo. Era eso exactamente. Además le vienen a buscar dos seres de luz que son sus padres, en los que piensa momentos antes. Yo también firmaría.
EliminarAbrazo grande
Hola Amaia, muy bueno, me ha recordado a la película esa de algunos años ya, creo que se llamaba Cocoon o algo así, que los protagonistas rejuvenecían al contacto con los extraterrestres. También puede ser que esas dos personas fueran sus padres y ella muriera, pero sería como una metáfora de morir y nacer otra vez, no sé si me explico. Le veo varias interpretaciones, no sé. De todas formas, muy bien narrado y se adapta perfectamente al reto de José Antonio.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Hola Merche. La idea era la llegada de dos seres de luz que la recogen cuando mueren.
EliminarUn gusto leer tu comentario, muchas gracias. Abrazo grande
Buenos días, Amaia.
ResponderEliminarPrecioso, tierno, imaginativo, entrañable y dejándote una gran sonrisa en la cara, porque crees adivinar ese final tan metafórico.
En el relato reflejas muchas cosas que podrían pasar desapercibidas frente al acontecimiento extraterrenal: la soledad de los ancianos, cuántos más años cumplen, menos quedan a su lado; la nostalgia de aquellos años que se van difuminando en la memoria; la rutina que se asienta en nuestra vida y que termina por hacerse monótona e irremediable; los pequeños placeres que te reconfortan; el miedo a ese cambio que puede trastocar esa monotonía; finalmente, el deseo de experimentar esa "última" experiencia, a pesar de que pueda ser peligrosa...
Si el paso a la "otra vida" es como lo has descrito, lo firmo ya; además, rejuveneciendo en el viaje.
¡Maravilloso relato! ¡Mencantó!
Muchas gracias por regalarnos estas historias que te tambalean el corazón y te alegran el día.
Un Abrazo rejuvenecido.
¡¡Directo a la diana!! Yo también firmaría ahora mismo.
EliminarMuchísimas gracias por venir y tu comentario. Abrazo grande
Hola guapa , buenos días anoche te leí pero como era tan tarde pensé en comentarte hoy , sabes me gusta mucho tu relato ya que la pobre anciana ahora no estará sola , por cierto se llama igual que mi tía que cosas verdad? Te comenté en la anterior entrada.
ResponderEliminarTe deseo que pases un lindo fin de semana , te mando un abrazo muy fuerte se despide 🌸🌸🌸 flor.
¡¡Muchas gracias Flor!! Gracias por pasarte y por comentar. Abrazo grande
EliminarHola Amaia, un precioso aporte para el VadeReto. Me gustó cómo trataste el tema de la vejez y el trascender a otra cosa después de la vida. Bueno, así lo interpreto yo. Hace tiempo hice un relato donde el protagonista se encontraba con que al morir se encontraba frente a un dios romano y todo estaba ambientado en el mundo romano. Como nadie sabe qué ocurre con seguridad cualquier cosa es posible. Incluso que extraterrestres, como en tu relato, sean los que nos "recojan" Me encanta que la viejita se vuelva niña, creo que eso le da un toque extra de esperanza a la historia. Has dado un buen uso al elemento "ventana".
ResponderEliminarMuy bueno, me encantó.
Muchas gracias Ana. Tus palabras siempre son muy valiosas. Abrazo grande
EliminarMuy buen relato. Mezcla de la vejez con abducción extraterrestre que se puede tomar como una alegoría. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras y por pasarte, Federico. Abrazo grande
EliminarAmaia, hola! Qué gusto me da cada vez que te encuentro por aquí. Y con algo tan lindo, algo que da tanta ilusión. Me encantan las posibles interpretaciones de tu relato, y me gustan todas las cosas que se me pueden ocurrir. Da para mucho!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo 🌹
Muchísimas gracias Maty. Un gusto leer tus palabras. Abrazo grande
EliminarMe gustó el relato. Y me encantó el final, porque es sugerente, dejando lugar a la imaginación del lector.
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte y por comentar. Abrazo grande, Jorge
Eliminar¡Qué gusto!, leer esta historia, con ese final tan emotivo, gracias por escribirlo, gracias por traerlo, abrazo grande
ResponderEliminarMuchas gracias a ti por pasarte y comentar. Abrazo grande
EliminarPrecioso, Amaia. ¡Cuánta ternura desprende el personaje! Y qué imaginación la tuya para cerrarlo de la manera que lo has hecho. Yo he visto hasta al gato.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso!
¡Cómo me gustan tus palabras y qué bien me sientan! Muchas gracias María Pilar. Abrazo grande
EliminarQue tierna historia, es emocionante, Eduvigis volvio a ser una niña junto a sus papis que la vinieron a buscar; es una preciosidad que me llega al corazon.
ResponderEliminarY el gato, ay que divino ese michifuz que fue testigo de todo.
Besos.
Muchísimas gracias por tus palabras. ¡¡Ay esos gatos que lo miran y entienden todo, jejeje!! Abrazo grande.
EliminarPreciosa, sutil y emocionante modo de pantir...
ResponderEliminarQué curioso, las dos los hemos hecho niños en ese momento especial y hemos escrito sobre el mismo tema! ☺☺
Muy bonito modo de acabar, con el gato como testigo. Y también muy acertado el modo de narrar, señalando pequeños detalles (por ejemplo, la tacita se le enfría...) que hacen más cercana y realista la escena.
Precioso aporte, lleno de optimismo!
Un abrazo!
Muchísimas gracias por tus palabras. Abrazo grande.
EliminarHola Amaia, vengo del blog de Yolanda Mármol, me ha gustado mucho este cuento, muchísimo. Y me gusta mucho tu blog, si no te importa, por aquí me irás viendo. Si hay algo que amo es un cuento y una sonrisa. Besos :D
ResponderEliminarMargarita qué contenta estoy de que te haya gustado. Eres muy bienvenida a este rinconcito. Yo acabo de mirar tu Pergamino de sueños escritos y tienes una nueva seguidora. Abrazo enorme
EliminarHola Amaia, si el relato en sí es precioso con todas las sensaciones que transmite la anciana, leer que al final Eduvigis vuelve a ser niña es toda una belleza. Me encanta. Un abrazo
ResponderEliminar¡¡Muchísimas gracias Nuria!! Abrazo enorme
EliminarHola Amaia, me encanta tu relato, es tan tierno, tan especial.
ResponderEliminarEsa viejita que se convierte en niña para reunirse con sus padres, se va de la mano de las personas que más la quieren.
Un abrazo.
Muchas gracias Carmen. Abrazo enorme.
EliminarMe encantó tu cuento amiga mía. Gracias.
ResponderEliminar¡¡Hola Oswaldo!! Muchas gracias amigo. Abrazo enorme
Eliminar