Jacinta y Luis hacía tiempo que se conocían, desde la niñez. Se puede decir que eran conocidos de toda la vida.
A su vez, sus padres y abuelos también eran amigos desde niños. Fueron a la misma escuela, en aulas separadas, los chicos con los chicos y las chicas con las chicas, eran otros tiempos. Eran novios desde que Jacinta aprendió a sumar y desde entonces siempre iban cogidos de la mano a todas partes.
Fueron novios, se casaron, tuvieron tres hijos y ahora son muy mayores. Cuando salen a pasear siguen cogidos de la mano o del brazo. Ahora el apoyo que requieren para caminar es mucho mayor que antaño.
En el paseo diario, a la vuelta, se sientan en un banco del parque que está rodeado de grandes flores azules y allí como si de un ritual se tratase Luis con una gran sonrisa llena de Amor, acaricia la cara de Jacinta y le da un beso en los labios. Y como cada día de su vida en común, a Jacinta se le colorean las mejillas con un cálido rojo mientras tímidamente le devuelve la sonrisa.
El beso de Luis y el rubor de Jacinta narran una larga historia de amistad y complicidad que cada día escriben en su larga vida compartida.
Imagen de pareja paseando tomada prestada de PICNIC-Foto en Pixabay
Hola, Amaia, ¡qué bonito! ¡Cuánta ternura! Amor eterno más allá de los años, con toda una vida común, unas flores azules y un beso en los labios, perfecto. Me gustó mucho.
ResponderEliminarGracias por animarte a participar en el reto del Tintero.
Un abrazo. :)
Muchas gracias por tus palabras Merche. Abrazo grande
EliminarPrecioso, Amaia. Un micro lleno de ternura, como dice Merche, que nos asoma a la fragilidad de esos protagonistas ya ancianos y a una vida entera de amor y complicidad. Me ha encantado.
ResponderEliminarMuchas gracias Marta, aprecio mucho tus palabras. Abrazo grande
EliminarMuy clara y concisamente descrita la evolución del sentimiento, pero siempre juntos.
ResponderEliminarAbrazooo
Muchas gracias. Abrazo enorme
EliminarHola Amaia, una historia preciosa y con algunos colores como testigos de ese amor eterno. Me encantó. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias Ana. Abrazo grande
EliminarHola Amaia excelente relato lleno de amor y ternura. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias Ainhoa. Abrazo grande
EliminarHola Amaia, el amor de Luis y Jacinta es de los que duran en la eternidad. Qué texto tan emotivo. Me encantó el toque de las flores azules y el Rubor de Jacinta. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Nuria. Abrazo grande
EliminarPrecioso relato, Amaia,
ResponderEliminarEl amor no es un sentimiento estático. Como todo lo que está vivo, tiene que evolucionar y en tu historia se ve claramente esa evolución. A veces magnificamos el amor en sus primeros estadios y nos olvidamos de él en las siguientes etapas. Es muy fácil enamorarse en la primavera de la vida, cuando la ingenuidad, la candidez y la belleza nos entran por los ojos a raudales. Lo difícil es aceptar que esas personas que un día fuimos nos vayamos transformando en otras menos ingenuas, menos cándidas y menos bellas. Amar en el otoño de la vida tiene mucho más mérito y mayor capacidad de perdurar.
Un fuerte abrazo.
¡¡Muchas gracias Estrella!! Así es, el Amor es algo muy grande. Abrazo y muxuss
EliminarBellísima historia, de una dulzura y ternura un deleite, abrazo grande
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras. Abrazo grande
EliminarUna aportación llena de ternura. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo, Amaia.
Muchas gracias Macondo. Abrazo grande
EliminarQue imagen más bonita la de tu relato, adornada con su color de fondo y sus rubores! Je je! Un abrazote!
ResponderEliminarGracias Marifelita.
EliminarQue no nos falten los rubores nunca ;-) Abrazo grande
Precioso y tierno relato, Amaia.
ResponderEliminarHace falta sentir mucho amor para que ese azul junto al tímido rojo del rubor sigan caminando juntos. Creo que esta pareja lo logrará hasta el final. Un abrazo.
Hola Mila. Así creo, esta pareja ha conseguido entender perfectamente lo que el Amor significa. Abrazo grande
EliminarHola Amaia.
ResponderEliminarMe encantó tu precioso relato sobre el amor y la ternura que persiste a través de los años. Flores, besos y la complicidad de una vida de amor juntos. ¡Perfecto!
Besarkada haundi bat.
Marlen
ESkerrik asko Marlen.
EliminarAsí es, creo que esta pareja ha llegado a la plenitud del Amor que solo se puede llegar con esa complicidad.
Besarkada haundi bat eta Muxu asko. Ondo izan :-D
Hola Amaia. Lo primero gracias por tu visita y comentario. Tu relato es puro amor y ternura. Llegar con un compañero/a hasta el otoño de la vida debe ser una experiencia con muchos matices y colores. Estupenda aportación! Un abrazo!
ResponderEliminarGracias a ti lady_p por pasarte por este humilde blog. Agradezco mucho tus palabras. Abrazo grande
EliminarHola Amaia, ese rojo hecho historia de fondo de una gran vida en compañía. No hay nada mejor que sentirse reflejado con un sentimiento tan puro e intenso como el rojo
ResponderEliminarUn abrazo
¡Hola Amaia! Que bonito microrrelato. Nos transmites imágenes repletas de ternura y emotividad.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Amaia. Una historia de amor duradero con el rojo como hilo conductor. Dichosa esa gente que no ha perdido con los años la facultad de seguir disfrutando de las pequeñas cosas, e incluso ruborizarse con un beso. Un abrazo.
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